Hay quien
puede considerar que el aburrimiento es una pérdida de tiempo. Nada interesante
que hacer, apatía constante, esa inquietud por estar sin objetivo y unas ganas
enormes por desembarazarse de él. Sin embargo, nuestros antepasados aún fueron
un poco más lejos al hablar de él: “abhorrere” (en el latín de las
conjugaciones), según ellos cuando llegaba el aburrimiento, la vida había perdido
todo el sentido y no había nada más que temer o perder.
Existen
psicólogos que justifican la drogadicción o el gamberrismo por este estado de
ánimo o sentimiento. Y yo digo, que el que se aburre es porque quiere, porque
por suerte el mundo está lleno de posibilidades, sólo es cuestión de ponerle
ganas, de aceptar los desafíos y de despertar los intereses.
El objetivo
de este blog es simplemente hacer pequeñas propuestas que sirvan de pasatiempos
para huir lo más posible de ese maldito aburrimiento.
Que
cada uno tome lo que quiera, porque a partir de ahora empieza el viaje para
demostrar, que el mundo nunca ha sido de los aburridos.
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